Mientras en Italia se iban desentrañando poco a poco los planes de Pietro, en las Maldivas, Paloma y Aldo junto a toda su pequeña familia llevaban una vida tranquila, cuando menos lo esperaban, el embarazo de Laura estaba a un mes de culminar.
Paloma veía a su hermana y se preocupaba, solo pensaba en el momento en que fuera a llegar el bebé, el cual, por alguna extraña razón, Laura no había querido conocer el sexo, ella quería dejar hasta el final esta parte, quería que fuera sorpresa, algo que a Aldo ponía los nervios de punta.
Aldo le gustaba tener todo bajo control y Laura disfrutaba de romper ese control, él en varias ocasiones le había pedido que preguntara qué iba a ser, y ella se negaba rotundamente.
— “Va a ser sorpresa” Ya cuando nazca sabremos… — Siempre respondía Laura.
La rutina nocturna de Paloma y Aldo seguía, era diaria, salían tan pronto, todos iban a la cama y regresaban antes de que el sol saliera.
Esta noche, Paloma se encontraba recostada con la mitad de cuerpo sobr