Estimadas lectoras y lectores Un pedazo de los Pellegrini será repartido en cada una de las mujeres nacidas en esa familia.
Massimo y Paloma recogieron todo aquel botín. Paloma, a regañadientes, aceptó las joyas que su padre le entrego, después de ello, Massimo tomo la caja y salieron de la habitación.- Así que, ¿aquí vivió mamá cuando era joven? – Dijo Paloma observando aquel lugar.- Sí… En realidad, este siempre fue mi hogar, aquí vivía desde niño. – Dijo Massimo con nostalgia.- ¡Vaya! Sí que es enorme esta casa, oye, Massimo, pero ¿Acaso esta casa no se las habían embargado?- Sí, pero legalmente le pertenece a Laura… - Dijo Massimo tranquilamente.- ¿Cómo?- Leonardo, no sé cómo, pero movió esta y la casa de Caterina a nombre de Laura, por lo que, legalmente, esta y la casa de Caterina le pertenece a Laura.- ¿Ella lo sabe?- No, aún no… Quiero que pasando tu boda hagamos varios cambios, pero no quiero que ninguno afecte tu gran día… - Dijo abrazando a su hija.- ¡Gracias!- ¿Por? – preguntó Massimo, intrigado.- Por esto, por pensar en mí, por pensar en mi felicidad, sé que no hemos estado muchos añ
Eran las 7:00 pm, Massimo aparcaba su camioneta frente a la casa de Valeria y Marco, ayudó a bajar a su hija. Ella llevaba la urna con las cenizas de su bisabuelo, las agarraba como si su vida dependiera de ello.- Anda, vamos, te llevo, no quiero que te regañen por mi culpa. – Dijo Massimo como si de una niña chiquita se tratase.Paloma tomó la mano de su padre; para ella, eran pocas las interacciones, pero esas pocas, le alegraban el día. Massimo, de cierta manera, había puesto un muro, él sabía que no podía pedir mucho, ella era su hija, pero estaba claro todo lo que sucedió.Al igual que con Luciano, él dejaría que el tiempo, solo el tiempo, pudiese recuperar algo de lo que él perdió.- Señorita Paloma, sus padres la andan buscando como locos… - Dijo la chica de servicio.- ¡Oh! ¿Pero no me han llamado? – Dijo Paloma desconcertada.- Sí… Pero no responde el móvil… - Dijo la chica mientras la veía entrar de la mano de su padre.- ¡Hija! ¡Hija! ¡Por Dios! ¿Dónde has andado? ¿Te hemos
Luego de la escena que se generó, llegó Aldo a casa de los Barzinni todo preocupado. Al encontrar a su esposa sentada en la sala con sus padres, por fin pudo respirar. Paloma le abrazó, se disculpó y explicó lo que había sucedido. Ella se tomó el tiempo para contar la historia de su día y lo culpable que se sintió de haberlos hecho preocuparse.Si bien Massimo había tomado tiempo para llegar a casa, ella también se había olvidado por completo avisarle a su familia con quien se encontraba. Esa noche, Aldo se quedó en casa de los Barzinni, algo extraño, ya que Marco no siempre tenía buena cara, pero en esta ocasión debía admitir que Paloma lo necesitaba.Una vez que Paloma y Aldo se retiraron a su habitación y que todos fueron a la cama, Valeria en su habitación se sentó frente a su tocador, miraba con cariño las cenizas de su abuelo, no pudo evitar llorar.Habían tenido que pasar 21 años para que por fin pudiera tener las cenizas de su abuelo; ella sabía que Caterina las tenía. Luego,
--- Habitación de Paloma ---- Trata de calmarte, Paloma, no es bueno que llores por él bebe, sé que estás sentimental, pero necesitas relajarte, ya todo pasó. Mañana hablas con Massimo, si así lo sientes, mañana hablas con él…Massimo es un buen hombre y sé que sabe perfecto que tus padres no actuaron de mala fe, solo estaban preocupados. Imagínate, hablé con mi padre y él mismo, también se le salieron algunas maldiciones para su hermano.- Aldo… Es solo que, me sentí mal por él. En este momento está atravesando por una mala situación y la idea de vernos era para tratar de tranquilizarlo, pero ahora, solo lo hice sentir peor. – Dijo Paloma pensando en lo que le había comentado por la tarde.- ¿Qué sucede con mi tío? Yo creo que sea, lo que sea que le esté ocurriendo, es un tema de él y es algo que no debes cargar tú.- Sé que entre los dos no hay secretos y te voy a decir lo que sucede con él… Massimo estaba un poco intranquilo la tarde de hoy, me llamo y quería platicar, supongo que
--- Casa de la familia D'Angelo ---Massimo condujo hasta su casa luego de dejar a su hija en su hogar, estaba agotado, solo llegó, dejó el auto en la entrada, su padre lo observó desde el salón, notó que el hombre lucía estresado o un tanto molesto.- Massimo… - Le llamo desde el salón.- Hola, papá, ¿Qué sucede? – Dijo midiendo el tono de su voz.- Eso es lo que yo te iba a preguntar… Veo que no vienes del todo bien… ¿Qué traes entre manos? - preguntó Magnus de manera tranquila.- ¡Ah, esto! Son cosas que voy a repartir entre las niñas de la familia Pellegrini y D’Angelo. – Dijo Massimo acercándose a su padre y saludándole.- Ven, vamos al estudio, quiero platicar contigo… - Dijo Magnus al ver que su hijo no le estaba diciendo toda la verdad.Massimo y Magnus llegaron al estudio, se encerraron, el padre le sirvió un trago a su hijo, él se sirvió uno y dijo:- Creo que necesitas esto…- ¿Tan mal me veo? - Preguntó Massimo sosteniendo el trago y tomándolo de un solo sorbo.- Un poco… ¿
--- Habitación de Luciano ---En la habitación donde Luciano estaría quedándose, efectivamente una Almendra le acompañaba y lo incitaba a hacer cosas que el joven de repente creía que no debía. Esto debido a que eran sus primeros días en casa de aquel abuelo que solo vio unos segundos.El joven no quería quedar como un adolescente calenturiento con su novia, como si fuesen unos delincuentes. Pero Almendra era una chica que lo incitaba a ser un poco menos serio y más relajado.- Por favor, no hagas ruido… - Dijo Luciano un tanto asustado.- ¿Crees que, en esta enorme casa, con estos muros de castillo, van a escuchar lo que hacemos? – Respondió Almendra, sonriente y tocando partes del joven que solo lo llevaba a querer hacer algo no tan propio.- Aún no sabemos cómo son las reglas aquí…- Señorito Luciano, según tú, sigues las reglas, crees que no podemos hacer nada y te recuerdo que quien envió el mensaje fuiste tú…- Sí, pero solo quería dormir contigo, abrazados… - Dijo Luciano tratan
Paloma se miraba en el espejo, ella lucia realmente hermosa, aquel vestido realzaba su belleza tanto de mujer, como de futura madre. Laura, su hermana, la acompañaba mientras terminaba de ajustar los últimos detalles a la tiara que su madre le había hecho con tanto amor y empeño.Gio, Enzo y Ele, ya estaban listos en la iglesia para hacer la marcha nupcial. Gio llevaría la cauda de su hermana, Ele ayudaría a esparcir pétalos de flores y Enzo llevaría el cojín con los anillos.Hoy Paloma y Aldo venían a reunir a 4 familias: Valeria, que inicialmente era una Priego, Marco Barzinni, Pietro Pellegrini y, sin olvidar, que se anexaba la familia D’Angelo con Massimo. Aquellas familias que iniciaron llenas de fracturas, hoy estarían reunidas, más grandes, eran fuertes y sabias, increíblemente con más mujeres, quienes, tal como lo dijo Massimo, vendrían a romper la maldición de los Pellegrini.Valeria entró a la habitación de Paloma, llevaba en manos las joyas que Massimo le había regalado a
Valeria no lo decía, pero por todo lo que, en algún momento, le había contado Paloma, la misma Valeria se identificaba con Laura, muy joven, había tenido que madurar y tomar las riendas de su vida.Sí, era cierto, ella tenía un padre rico, pero al final apenas era una jovencita que estaba comenzando a descubrir el mundo cuando se embarazó. Al final tuvo que asumir su responsabilidad al cien por ciento y volverse mujer y madre al mismo tiempo.- Bien, hija, ¿ya tienes todo listo?- Sí, ya tengo algo nuevo, algo usado, algo regalado y algo azul, ¡No falta nada! – Dijo Paloma, listando todo lo que debía llevar.- Bueno, mis amores, pues es hora de salir para la iglesia, no queremos llegar tarde… Aunque deseara hacer sufrir un poco al novio, hoy no será el día… - Dijo Marco, saliendo de la habitación.- Laura, y ¿Quién está cuidando a Adele?- ¡Oh! Diana, Diana me ayudó a cuidar a Adele para que pudiera venir a ayudar a Paloma… - Dijo Laura con naturalidad.- Diana es una buena chica… - Di