Massimo se sentía impotente ante lo que en su mente pasaba, su madre, su amada madre, había sido mancillada por aquel, que en algún momento fue su modelo a seguir. Con puño cerrado golpeo la mesa de centro, querido imaginar que era Leonardo a quien tenía debajo de él, al final, el que culpara al hombre que había tenido un amorío con su madre no la iba a traer de vuelta, no iba a regresar el tiempo.
— ¡Maldita sea! ¿Sabes que toda mi vida se la dedique a la compañía de esa m*****a familia? — Dijo Massimo frustrado.
— ¡Lo sé! Eras el orgullo de Leonardo o eso se veía en público… — Dijo Magnus viéndole a los ojos.
— Leonardo siempre exigió lo mejor de mí, mientras Pietro vivía una vida sin preocupaciones, estaba claro que él ya tenía un plan. — Dijo Massimo cayendo en la cuenta de lo que decía.
— ¿Cómo? ¿A qué te refieres?
— Leonardo me iba a desheredar, solo quiso que lo ayudara con la compañía, pero al final, ya solo estoy esperando para que venga y me quite todo, ¿eso no te lo dijo Pie