Luego de aquella plática en la que tanto Laura como Adrien entendían que, ambos debían trabajar para mejorar la confianza y todo aquello que se rompió en cuestión de minutos.
Adrien aún abrazaba a Laura, podía sentir la calidez de su cuerpo. Al abrazarla, podía sentir aquel frágil cuerpo de la mujer que un día fue suya y que hoy, hoy, debía trabajar para que pudieran volver a ser algo más que los padres de una bebe.
Laura, por dentro, podía sentir como si su corazón se le quisiera escapar del pecho.
Sus manos le hormigueaban, su pancita le daba punzadas, eran una serie de sensaciones que no podía describir.
Llamémosle instinto, llamémosle estupidez, pero ella levantó el rostro y posó la palma de su mano en la mejilla de Adrien y sutilmente le indicó que necesitaba que se agachara.
En el momento en que los labios de aquellos jóvenes se unieron, ella casi pierde el piso, de no ser porque Adrien la sostenía, ella podría haber desvanecido, ya que sentía sus piernas como si fuesen de gelat