En casa de los Barzinni, todas las mujeres que conocían a Paloma llegaron, ahí, ya estaba todo un equipo listo para llevar a cabo los deseos de la hija de Marco Barzinni, lo cual Valeria anticipaba. Valeria sabía que una vez que su hija aceptara, Marco se volvería loco y sería capaz de traer a la mismísima Carolina H. para diseñar su vestido.
- Marco, mi vida, trata de calmarte, todo saldrá bien hoy… - Dijo una Valeria que lo abrazaba por detrás mientras esta veía cómo su hija y varias mujeres llegaban con ella.
- Es que sí, si debí ir por Carolina, Paloma de niña quería que cuando se casara, ella quería un vestido como el de esa muñeca diseñada por ella. – Dijo Marco, todo nervioso.
- Amor… Estamos a una semana de que Paloma se case, además recuerda que está embarazada y sus hormonas son al 100. Dejemos que esto fluya con naturalidad, ¿sí? Ya ganamos un poco con el hecho de que ella aceptase usar mi vestido.
- Sí, pero solo espero que a quien contrate le haga “El vestido soñado…” – Di