A veces la vida te lleva por caminos que nunca imaginaste, cuando Liam se presentó en esa entrevista, no pudo sospechar que la misma chica con la que coqueteo mientras tomaba agua se trataría de su jefa, la CEO Olesia Mazur, quien con ojos profundos trata de escudriñar entre sus intenciones, el joven derrotado, vuelve a casa con la certeza de que no será contratado, para su sorpresa recibe un llamado, solo que no precisamente para trabajar, sino más bien para descubrir todo lo que está prohibido en aquella oficina y que al parecer, va a tener que realizar si quiere un puesto en ese lugar.
Leer más(…) Oficinas Administrativas / Sala VIP
La adrenalina es uno de los sentimientos más intensos que existen, pero cuando esto se mezcla con la pasión, el coctel resultante es una explosión de deleites prohibidos. Por momentos me perdía, la luz estaba apagada y pese a que media un metro setenta, no era nada comparado con el metro noventa de mi jefa, por lo que intentaba continuar con los besos apasionados y acabada por tocar su mentón o el cuello, aunque esto lejos de disgustarle le encantaba.
—Me hiciste esperar demasiado… ¿Por qué no viniste antes? —Cuestionó Olesia, encontrando puntos en los que podía comunicarse, entre las caricias apuradas.
—Un condenado cliente, estuvo hablando sin parar sobre su vida, quería decirle que una chica me estaba esperando, pero no hubiese sido apropiado —Respondí animado, continuando con el deseoso intercambio.
Su lengua y la mía ya eran maestras de danza, se movían a gran velocidad, con desespero, entre mordidas y atenciones más sutiles, ella me sujetaba fuertemente la espalda, yo acariciaba su cabello tan sedoso, sentía su aroma espectacular, tenía un perfume fantástico que no paraba de embriagarme, era algo sencillamente divino.
—Oh Dios… ¿Ese es el que te regale? —Preguntó ella por la esencia que llevaba puesta.
—La misma ¿Te gusta? —Dudé viéndola directamente a los ojos, incluso en la oscuridad podía sentirlos, grandes y profundos.
—Huele a varón, a un auto nuevo, es como aventurarse en algo que no está bien, me recordó a ti de inmediato —Añadió sumergiéndose nuevamente en mis labios.
Su comentario era sumamente acertado, nada de esto estaba correcto ¿Por eso se sentía mejor a cada segundo que pasaba? Me abulte rápidamente, el cuerpo que tocaba era simplemente perfecto y me pertenecía, solo que para evitar las habladurías callábamos lo que sentíamos ante el resto, ella era la Ceo después de todo, que estuviera con un simple trabajador de ventas y además sin terminar de formalizar su divorcio sería un escándalo con consecuencias terribles.
—Dios Liam… Te amo —Su frase me dejo en absoluto shock, nuestra relación se basaba principalmente en la intimidad, ese comentario podría haber sido un escape fugaz, por lo que la vi fijamente antes de emitir alguna respuesta —De verdad… Te amo —Repitió está confirmándome mis dudas.
—Yo también Olesia y odio negar que siento esto —Musité entre la oscuridad, recibiendo caricias en todas mis partes sensibles, ella era extremadamente buena consiguiendo los puntos donde destruirme.
Santísima belleza europea que ahora estaba en mis manos, dejamos atrás el hecho de estar parados y nos dejamos caer en el sofá de cuero, ella yacía encima de mí, moviéndose con locura, causándome una fatiga en la cintura que definitivamente me provocaría consecuencias terribles, no le hubiese prestado atención, sino fuera por el hecho de que después de esto debía volver a continuar con mi horario.
—No te pases Olesia, voy a mancharme el pantalón —Advertí sintiéndome muy duro.
—Hm… No me importa, te hare salir temprano hoy, no quiero ir a casa tan pronto —Expresó en mi oído, mordiéndome el lóbulo con mucho deseo.
—Por favor, los accionistas te volverán a reclamar mi falta, recuerda que la gente habla… —Intentaba negarme a su atracción, aunque esto fuera sumamente difícil.
—Yo soy tu jefa, no te estoy preguntando lo que harás Liam, ya te puse una labor, ahora debes cumplirla —Afirmó esta con un tono dominante, acariciándome con su mano maestra, causando que dejara atrás la poca cordura que me quedaba.
Nos recostamos en el sofá para continuar con nuestra apasionante “reunión” esa era la excusa que había colocado como auxiliar en la aplicación telefónica de mi computadora, ya que al trabajar en un call center, no puedo simplemente irme sin decir un porque, los ruidos que hacíamos comenzaban a ser notorios, esto me ponía nervioso, mientras que a ella le encantaba.
— ¿Estás segura que no hay nadie aquí arriba? —Dudé angustiado, no quería que a ninguno de los dos se le arruinara su carrera laboral.
—Solo el personal de mantenimiento y ellas nos ignoraran por completo —Declaró esta con seguridad.
—¿Cerraste la puerta? —Volví a cuestionarme, no podía concentrarme.
—Escúchame Liam, queda poco para que te toque volver a conectarte, me darás placer antes de eso y cerraras la boca, yo deje todo listo, solo olvídate de los demás y concéntrate en mi —Garantizó con presteza, sabia entonces que ya no tenía nada que discutir.
Sus piernas alrededor de mi cintura, mi miedo que me hacía sentir que muchas personas pasaban por la entrada, el salón para los clientes de lujo que era en el que nos encontrábamos se componía principalmente de una mesa central, un televisor de gran tamaño conectado a una computadora y dos extremadamente cómodos sofás, perfecto para hacer actos malvados. Aprovecharía gratamente la situación, mas sin embargo temía el estado en el que volvería a la sala de ventas, la fogosidad de esta dama ya había sido probada por mi persona y entendía la fatiga a la que sería sometido.
Cuando estábamos en nuestro punto más álgido, listos para llevar la situación al siguiente nivel escuchamos como el cerrojo se abrió de golpe y una tranquila mujer afroamericana ingreso en el interior del salón, un muchacho de actitud relajada y gran corpulencia le seguía, ambos se quedaron anonadados con el espectáculo que estábamos dando, especialmente porque lo cortamos de inmediato y nos pusimos de pie con prontitud.
—Hola Olesia, Liam, este es el nuevo compañero del área de ventas, creo que llegamos en un mal momento —Expresó ella ante nuestros cabellos despeinados y corazones acelerados.
—Intentaba mostrarle a este muchacho que uno debe mostrar una actitud siempre proactiva y mantenerse en movimiento para reducir el sedentarismo que provoca este trabajo —Decretó mi amada con una velocidad alucinante para las mentiras.
—Sabe señorita, creo que eso es muy cierto, en mi entrevista sus palabras me motivaron mucho, me alegra haber sido fichado, aunque no querría perturbarlos en esta situación, me disculpo —Inquirió cordial el caballero.
—Por supuesto señor Dorian, es un gusto que forme parte de esta compañía —Sonrió falsamente mi chica —Desgraciadamente no se en que podría molestarnos, nosotros no estábamos haciendo nada ¿Cierto? —Cuestionó ella abriendo sus grandes ojos como platos y girando sádicamente la cabeza, asustando tanto al pobre muchacho que me sorprendió el hecho de que no saliera corriendo allí mismo.
—Muy bien, tomemos asiento entonces, que él vaya firmando y ya que están aquí creo que es un buen momento para conversar —La experta en recursos humanos freno nuestra huida, sabía que estábamos en un gran aprieto.
Sobrevino un largo y agotador silencio incomodo, el dichoso joven tardo demasiado en leer todas las políticas y condiciones del acuerdo legal, pregunto a detalle por cada cosa, finalizando con varios errores en sus registros, que tuvieron que ser corregidos, sabía que mi tiempo de reuniones ya era excesivo y que el regaño de los accionistas extranjeros vendría en cualquier momento, eso poco me importaba, ignoraba sus comentarios xenófobos, pero mi amada, ella se ponía muy nerviosa ante sus opiniones.
—Esplendido Dorian, te veremos el lunes —Se despidió la mujer con cordialidad.
—Muchísimas gracias, Olesia, Liam, un placer de nuevo —Estrecho las manos con amabilidad el caballero, retirándose enseguida de la sala.
—¡De nada! ¡Nos vemos luego! —Replicamos con ansiedad, el momento del regaño estaba cerca.
—Muy bien tortolos esto ya es… —Antes de que la dama pudiera empezar a cuestionarnos, la puerta se abrió nuevamente.
—Disculpen deje mi cargador… Cuanto lo siento ¡Adiós! —Tras esa interrupción y un suspiro de la asesora de recursos humanos la charla por fin dio inicio, siendo conscientes de que nada bueno podría provenir de allí, meses perfectos de amorío llegarían a su final por culpa de un simple momento en el que le dimos más fuerzas a los deseos que al raciocinio.
Incluso tuvimos el atrevimiento de grabar un video después de desayunar de esa forma la memoria no sería el único testigo, tampoco las marcas que se irían con el tiempo, ahora solo estaríamos nosotros en un metraje que conservaríamos celosamente, como aquellas fotos que evocan una felicidad muy pura y que sirven como consuelo al alma en tiempos de adversidad.—Ustedes sí que saben cómo divertirse —Relamió sus labios Celia, poniéndose de pie y tronado su espalda.—Puedes quedarte con nosotros varios días si lo deseas —Hablé un tanto pícaro.—Nada que ver, tengo que volver a mi casa, mis niños me esperan —Indicó colocándose su ropa.—Oh entiendo eso, ya yo estaba por irme también —Expresó Olesia con un alto sentido de la responsabilidad.—Cielos… ¿Me quedare solo entonces? —Cuestioné sin saber muy bien lo que haría.—Puedes llamar alguna chica del trabajo, seguro que viene a darte calor en mi ausencia —Incitó mi CEO siempre con intenciones de complacerme.—¿Cómo es que tu esposo y tu te
Ingresamos en la casa junto a Celia, sin que esta en ningún momento se percatara de las segundas intenciones que teníamos con ella, todo era muy natural e incluso inocente, después de todo se trataba de una fiesta para inaugurar una propiedad ¿Qué podría tener esto de lascivo? Nada, solo que para Olesia y para mí siempre se podía sacar cosas divertidas de cualquier evento.Ayudamos a mi progenitora con la cocina, con servir los alimentos y entregarlos a los comensales, al mismo tiempo nos ocupamos de distribuir las bebidas, mismas que pusieron a todo el mundo rápidamente contento. Una cosa que nos dejó sorprendido era como Sabrina y Arturo charlaban tan amistosamente, dicho intercambio pensábamos que era meramente trivial, solo que con el tiempo estos no dejaban de conversar e incluso se dieron unos besos que revelaron sus gustos, en fin, la gente se conoce y deciden lo que sienten, así es siempre como nace el amor, sin ninguna razón aparente, únicamente movido por el deseo.Volviendo
Resulta que un día llegamos particularmente cansados al apartamento y el ascensor estaba dañado, por lo que subimos las escaleras con un paso muy lento, escuchamos entonces ruidos que venían del piso número cuatro, donde un señor de baja estatura, pero de contextura gruesa se encargaba de los trabajos de reparaciones de su hogar, nada más saludarlo este se incorporó con velocidad, se notaba deslumbrado por la belleza de Olesia.—Buenas noches —Comentó con sorpresa.—Hola ¿Es usted albañil? —Cuestionó mi dama notando de inmediato la debilidad que este tenía por ella.—Si… Bueno, no soy la gran cosa, pero… —Antes de que pudiera alguien desprestigiarlo apareció una señora a su rescate.—No le hagan caso, él sabe hacer de todo —Denotó la mujer con porte elegante, tenía arrugas de estrés y cabellos rubios, su figura no era nada envidiable, pero sus caderas resultaban llamativas, especialmente porque parecía una belleza natural.—Ya veo, necesitamos alguien bueno para remodelar una vivienda
—¿Ser jefe del área? —Cuestionó mi colega con los ojos abiertos como platos.—¿Por qué no? No podría pensar en estos momentos en alguien que fuera más indicado para el puesto, tendrías un salario muy alto e incluso te puedo dar un anticipo para que obtengas un alquiler con opción a compra —Endulzó la propuesta mi dama, que siempre sabia como meterse a las personas en los bolsillos.—En verdad me alagan, solo que tengo cosas afuera que he logrado con mis méritos y dejarlas de lado representa… Cielos, un cambio muy rudo —Declaró el muchacho un tanto acelerado.—Claro, sé que es una cosa repentina brother, pero estoy seguro que puedes manejarlo —Comenté con fe en sus capacidades.—Yo… ¿Cuánto tiempo tengo para pensarlo? —Mencionó el varón con indecisión.—Solo por el día de hoy —Dijo con un tono de lamento —Me gustaría que fuera más tiempo Dante, pero la compañía necesita un líder informático cuanto antes, nuestras transacciones son demasiado grandes y complejas como para ponerlas en las
Volver a las oficinas de Litium fue un golpe duro de realidad para mí, después de que me dejaron en una posición tan débil tenía que asumir la capacidad para liderar una vez más, veía a mis alrededores con un pánico atroz y aferrándome a mi amada conseguía la voluntad que me hacía falta. Ponía un pie seguido del otro, prácticamente movido por el ímpetu de mis compañeros, después de todo no estaba solo, Marjorie, Armando y mi hermano Dante, todos estaban conmigo para fortalecerme en ese aciago camino, donde lo único seguro es que al finalizar el día una persona tendría que irse a la cárcel, ya fuera por poco o largo rato.Se citó una reunión de emergencia con la junta directiva, donde se pondría las evidencias al segundo y se evaluaría la situación, todos los presentes lo sabían, solo que no estaban al tanto de hasta qué grado y Sonia no se lo esperaba para nada, ella yacía conectada en el área de ventas, como si nada ocurriera, mientras que nosotros portábamos toda la evidencia que la
A horas de la madrugada me puse de pie, vi a los lados y me dirigí al baño, al salir me topé con mi madre, quien estaba tomando café en la sala fui a saludarla cuando note que Dante se encontraba a su lado, estaba conversando algo, solo que no entendía muy bien el que, me aproxime un poco para intentar recibir la información de manera más nítida.—Eso que hicimos no puede repetirse —Musitó mi progenitora con un tono de nerviosismo.—¿Acaso no te gusto? —Consultó el informático de manera extraña.—No es cuestión de eso, es que no estuvo bien —Expresó avergonzada.—Bien o mal, esos son términos sociales, más que todo culturales, lo importante es lo que disfrutamos —Incitó este de manera curiosa.—Es solo que si él se llega a enterar… —Antes de que pudiera revelar mayor información una voz corto mi trabajo de investigación.—¡Buenas! —Exclamó a mi lado mi abuelo, causando que todos nos asustáramos.—Hola —Saludé recuperando la compostura.—Liam, papá —Comunicó mi mamá fingiendo que no oc
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