Capítulo 63.
Abrí la puerta de mi habitación y vi a Jack levantarse de mi cama. Parecía que iba a decir algo, pero cerró la boca al notar que no estaba sola. Su mirada se desvió por encima de mi hombro, confundido.
—Príncipe Jack, le presento a su escolta. El Alfa Cam.
El coco ladrón salió detrás de mí, llevando una charola con comida. Se la ofreció al príncipe e hizo una pequeña reverencia.
—Alfa Cam, a su servicio, alteza.
Jack parpadeó.
—¿Qué mierda hace usted aquí? —preguntó, con un tono que me sonó más a advertencia que a duda—. ¿Y eso de “Alfa”?
Los miré a ambos, tratando de entender qué pasaba.
—¿Se conocen?
Jack me lanzó una mirada rara.
—Sí.
Cam, en cambio, sonrió apenas.
—No lo había visto en mi vida. Solo sé que el príncipe Jack tiene un color de pelaje… precioso.
Jack se tensó.
—Una pena que no nos conozcamos, alteza —continuó Cam con calma—. De lo contrario, me encantaría ver con mis propios ojos la famosa forma de lucha de su familia. Dicen que los lobos del Este son reconocidos por