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Después de eso, todos los meses corría al puerto para interrogar hasta el cansancio a los mercaderes que venían del Continente Norte y mi entusiasmo se apagabs cuando no había otra noticia de mi ángel más allá de su obvia preferencia por el príncipe del Este.
-Es una buena unión. Sus madres son amigas y sus reinos son prósperos. -Había dicho uno de ellos.
- He escuchado que es la cachorra favorita de los reyes del Este y que a pesar de las múltiples peticiones de unión para su cachorro mayor, han rechazado a todas las candidatas. Quizá ahora mismo ya se planea un compromiso.
Me fui hundiendo cada vez más en el abismo porque toda noticia era una variación de ello.
Meses después, el reino celebraba la noticia de que mi madre estaba esperando otro cachorro.
Yo, que había estado viviendo en el castillo como un muerto en vida, sentí una luz al final del túnel.
Si mi pueblo aún seguía con prejuicios por las guerras pasadas con el Continente Norte y el que yo vaya a pedir la mano de la princ