Tras concluir la reunión sobre el nuevo producto en el edificio del Grupo Alexander, Damian y Brown regresaron a la oficina. Justo antes de salir de la sala de conferencias, Damian había lanzado una última mirada a la muestra del producto que seguía sobre la mesa.

Todos en la sala se mostraban visiblemente incómodos. Sabían de sobra que al presidente del Grupo Alexander le desagradaba ese tipo de comida. Pero, ¿qué podían hacer? La enorme demanda y el potencial de ganancias en el sector de alimentos instantáneos eran demasiado atractivos para dejarlos pasar.

Damian solo pronunció una frase, pero para ellos fue como si cargaran con un peso enorme sobre los hombros.

—Por lo menos, no se limiten a que sepa bien. Asegúrense de que no enferme a la gente.

En otras palabras, la comida tenía que ser nutritiva, incluso si era instantánea.

—¿Por qué la gente está tan obsesionada con los alimentos instantáneos? —murmuró Damian con fastidio al acercarse a la puerta de su oficina.

El personal de s