Especial Cap. 30
El coche del asistente Brown entró en el estacionamiento subterráneo de su apartamento. Otro vehículo salía al mismo tiempo, y por un breve instante, sus faros se cruzaron. Brown cerró la puerta de un golpe, como si el sonido mismo pudiera liberar la tensión que lo consumía. En cuestión de minutos, ya estaba dentro de su ático en el último piso. El silencio lo recibió como un viejo amigo, distante e indiferente.
Dejó escapar un suspiro profundo y pesado. El rostro decepcionado de Kylie no dejaba de aparecer en su mente, avivando su ira. Estaba furioso consigo mismo, por haber permitido que las emociones nublaran su juicio. Por primera vez, había interpretado mal los deseos del señor Alexander, y eso había terminado en un desastre.
No debí haber salido de la oficina del mayordomo Matt. Debí haberla defendido. Maldita sea… mi mayor error fue juzgar mal las intenciones del señor Alexander. Todo esto es culpa mía.
Sus propias palabras desgarraban el impecable historial que había construid