Especial Cap. 29
Dentro del Dormitorio Principal
Después de todo el alboroto cuando Livia llegó a casa, todos pudieron por fin respirar aliviados: tanto la madre como el bebé estaban a salvo.
Los médicos y las enfermeras ya se habían marchado, y la habitación volvió a quedar en silencio.
El señor Alexander sostenía a su esposa con fuerza entre sus brazos, la voz ronca por tanto susurrarle palabras de consuelo. Las lágrimas aún brillaban en los ojos de Livia.
El corazón de Damian se encogía al verla llorar mientras le contaba al médico lo asustada que había estado. La culpa y la impotencia lo invadían; se sentía como un marido inútil, incapaz de hacer nada mientras su esposa pasaba por un susto tan terrible.
—Sí, sí, lo prometo —dijo Damian con firmeza, respondiendo a la súplica llorosa de Livia.
—¿De verdad, amor? Prométeme que no vas a regañar a Jenny, a Sophia ni a Kylie. Por favor —suplicó ella con voz temblorosa.
Livia aún no había visto a las tres chicas y no podía evitar preocuparse por ellas.
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