Valle del Zazot
La bruma matinal cubría el bosque con su blancura y solo los árboles de ramas más altas sobresalían de ella. El frío aliento que emanaba de él hacía que las ropas se les pegaran al cuerpo.
«Busca en bosques húmedos», había dicho la anciana ciega. «A las Kraias les gusta el agua».
Separados, entraron Kaím y Kort al bosque y separados salieron luego de recorrerlo entero, sin novedades en su búsqueda.
—Me inclino por la opción de que es una loba —dijo Kort, respirando a bocanadas—. Y si sabe que las manadas andan tras ella, más difícil será hallarla.
—Ahora piensas con estrategia, hermano. Si dejamos huellas de nuestro avance, ella huirá. Si Rakum ha estado cerca, es probable que ya la haya asustado. La anciana dijo que las Kraias prefieren la noche para dejarse ver, así que volveremos a recorrer el bosque cuando salga la luna.
Habían aprovechado la búsqueda para cazar unos conejos. Descansarían mientras comían y repondrían fuerzas.
—¿Recorrer dos veces el mi