Amelia estaba sentada en el jardín que Ángel había hecho para ella, realmente era muy placentero ese lugar. La cálida brisa, el olor de las flores y el colorido de las mariposas la hacían sentir como si estuviera en el paraíso. Pero Amelia se sentía realmente sorprendida de que Wanda no haya ido a verla después de que ella había regresado. Ella por algún momento llegó a pensar que quizás Wanda se sentía culpable por lo que pasó ya que fueron sus gentes quienes la vieron por última vez. Sin embargo, Amelia conocía muy bien a su amiga y sabia que si ese hubiera sido el caso Wanda se hubiera acercado a ella de inmediato para pedirle perdón.
Amelia pensaba que Wanda no era culpable de nada, ella sabía que ella tenía toda la intención de ayudarla. Amelia se culpaba a sí misma ya que ella fue la que se empeñó en escapar.
- ¿Qué tanto piensas? – le preguntó amarilis mientras se acercaba a ella con cautela, tanta que Amelia ni siquiera había notado cuando ella llegó.
-Pienso en que Wanda no h