Cuando Salió el Sol
Para cuando el sol se elevó en un baño dorado sobre el horizonte, la pareja por fin había terminado con sus “asuntos”.
Esa mañana, Kylie llegó a la oficina treinta minutos tarde.
No era de extrañar: ella y Brown se habían quedado varios minutos más besándose en la puerta de su casa antes de salir. Brown incluso la abrazó dentro del ascensor, dejando besos en su cuello mientras le susurraba “Te amo.”
Pero en el instante en que las puertas del ascensor se abrieron y salieron al vestíbulo del edificio, donde otros residentes podían verlos, el rostro de Brown cambió por completo.
Frío. Impasible.
Como si el hombre cariñoso de hace unos segundos se hubiera desvanecido en el aire.
“¿Ves? ¡Ahí está otra vez—el modo Asistente del señor Alexander!”
Kylie rodó los ojos y negó con la cabeza, mirando a su esposo.
“¿Cómo puede cambiar tan rápido solo por cruzar una puerta?”
“Tal vez de verdad me casé con dos personas distintas.”
—¿Qué pasa? —preguntó Brown al notar su mirada, g