El matrimonio no solo une dos corazones, también une a dos familias.

La misión principal de Kylie y Brown era ganarse el corazón de su madre.

Conquistarlo.

Pero resultó ser mucho más difícil de lo que ambos esperaban.

Kylie podía notar cómo su madre se iba ablandando poco a poco, saludando a Brown con más sinceridad. Aun así, siempre encontraba alguna excusa para evitar encontrarse con él cuando Brown la llevaba a casa.

A veces, Kylie alcanzaba a ver a su madre detrás de la cortina del dormitorio, asomándose discretamente hacia el jardín delantero, solo para asegurarse de que no estuvieran haciendo nada inapropiado.

Su padre, en cambio, aparecía ocasionalmente para saludarlos.

Una noche, aún estaban sentados en el auto frente a la casa de Kylie. Las estrellas brillaban débilmente en el cielo oscuro, regalando a quienes alzaban la vista una silenciosa belleza.

—Cariño, sobre mi mamá… —La culpa siempre rondaba el corazón de Kylie. Su madre podía ser cálida con Reegan, pero aún existía u