-Eso sí que es una muy interesante información - dijo acercándose a Cristina con una mirada curiosa. - No sabía que le gustaban rubias. Bueno, mi hermano y yo siempre pensamos que estaba esperando a que la Sirenita saliese de la película. Tengo información valiosa sobre él, te interesará.
-¿Cuánto?
-¿Cuánto estarías dispuesta a darme?
Tenía cerca la mirada azulada del chico, expectante y segura de que había conseguido hacer en unos segundos un buen negocio con la rubia.
-Doscientos, al irme cuando recoja mi chaqueta.
-¿Doscientos? ¿Eso para alguien que teme que la relacionen con este lugar? - alzó la ceja el moreno. - Seiscientos.
-Trescientos.
-Seiscientos.
-En una negociación se baja el precio - comentó hastiada.
-Esto no lo es, la única que pierde si yo cierro la boca eres tú. Yo me quedo igual.
-Quinientos euros, lo tomas o lo dejas - sentenció Cristina. - Puedo averiguar cualquier cosa por mi cuenta, solo pagar por ahorrarme tiempo.
-Nin