42: Más te vale que respondas.
Kenneth.
—¿Por qué llamas tan temprano, Ken? —dijo la voz de mi hermanita, del otro lado de línea.
Suspiré, viéndome en la habitación de Lauren, sin querer moverme de allí. En esa habitación había soltado los más horribles recuerdos, y todavía se seguía sintiendo cálido, como si me abrazara. Aunque yo estaba allí, el perfume de Lauren aún se podía percibir.
Después de la noche anterior, me sentía tranquilo, como si no tenía nada de qué preocuparme. Nunca me había sentido así. Siempre sentía unas incesantes ganas de huir, de precipitarme, pero allí solamente quería estar, aunque con ella.
—Solo llamo para decirte que ya no tienes que preocuparte por Dakota ni por ninguna otra ex —expresé.
Mi hermana suspiró.
—Bueno, eso está en veremos, ¿no?
Sonreí, nostálgico. Quería contarte todo. Decirle que había abierto mi corazón a alguien especial, pero que no sabía cómo manejarlo. Cómo tener la certeza de que podría funcionar si decía mis sentimientos. Cómo atreverme a amar de verdad sin hacer