38: Maravillosamente aterrador.
Kenneth.
“Tu princesa te necesita, Ken”
La frase me hacía sonreír incluso después de nuestro maravilloso seexo. No nos detuvimos hasta que el piloto dijo por el parlante que abrocháramos nuestros cinturones. Y entonces guardé sus bragas mojadas y rotas en el bolsillo de mi pantalón, como un recuerdo del momento. Sin duda el mejor sexo oral en mi vida.
En cuestión de minutos estábamos aterrizando en la pista privada de Walt Disney World.
—¡NO PUEDE SER!
Su grito me lleno de felicidad. Ella dio un brinco, señalando el enorme castillo a la distancia, pero de repente comenzó a llorar. Conmovido, la abracé a mi cuerpo, limpiando sus lágrimas de ese rostro bronceado.
—Hey cariño, ¿por qué lloras?
—¿Por qué me trajiste aquí? ¿Cómo…?
Sonreí.
—Aquella noche viendo las fotos con tu madre… Vi tu obsesión con Sirenita, pero jamás te vi en algún parque temático. Supuse que tu madre nunca pudo traerte.
Era cierto. De las veinte fotos que tenía guardadas en su caja, al menos una cinco eran de ella p