8: No te dejes envolver.
Kenneth.
—Hola, ¿abuelo? —dije abriéndome paso a su habitación.
—Hola, Kenneth —saludó secamente.
Tragué hondo al ver su estado cansado. Me sentía tan furioso con la jodida Lauren. Había pasado una de las peores noches de mi vida, pensando en cosas que no debía pensar. Dejaba a mi abuelo tan cansado, ¿acaso estaba loca? ¡Podía matarlo!
La cocinera llegó y me ofrecí a dar su comida. Él no refutó.
—Abuelo, anoche hablé con Kasey, te manda saludos.
—Kasey es una joven muy excepcional —expresó, sonriendo, viendo a la nada, así que asentí. Pero luego me sentí nervioso cuando me vio—. Dime, Kenneth. ¿Exactamente qué haces aquí? Tu padre sabe que Lauren cuida muy bien de mí… ¿Acaso has sido enviado por tu madre?
Evité su mirada. Joder. No se me daba bien mentir con el viejo, nunca.
—Ambos están preocupados, además… Estoy castigado —mentí, sabiendo que podría creerme.
Mi abuelo sacudió un poco la cabeza mostrando desacuerdo.
—Eso imaginé… —suspiró—. Solo espero que Kasey no la esté pasando ta