6: Santa Lauren.
Kenneth.
Sasha estaba ocupada con mi polla mientras yo me encargaba de darle placer con la lengua a la pelinegra. Su coño bien afeitado ascendía y descendía por toda mi cara como una demente. Con una mano motivaba a la rubia a seguir en los suyo mientras con la otra sostenía la cadera de la pelinegra. No era mi primer trío y estaba seguro que no sería el último.
Cassandra, la pelinegra, era una muy buena conocida mía; bi, soltera, dispuesta a ir a donde yo le indicara siempre que tenía a otra dispuesta a la aventura.
Mi mente estaba ocupada, invadida de pensamientos insanos en el sexo. Con la excitación por las nubes al tenerlas a ambas para mí. Jodí a cada una hasta el cansancio, dejando en la cama, el suelo y las paredes, un buen recordatorio de mi capacidad. Podía correrme rápido pero, en menos de un minuto estaba realmente listo para otra ronda y las mujeres siempre amaban eso.
Tras despedirme de Sasha, asegurándole que tendríamos una cena, recordé que esa misma noche tendría una