La llegada de sofía y Alexander a la oficina fue la habitual, lo único distinto que pudo observar Alexander, fue cierta inquietud con la joven de mesa de entrada, quien apenas lo vio comenzó a llamarlo de inmediato.
—Cariño, sigue tú, enseguida te alcanzo. —susurró con dulzura Alexander, antes de darle un pequeño beso a Sofía, algo que hasta ese entonces no había sucedido y era las demostraciones de afecto en la empresa, pero es que Alexander estaba tan hechizado con Sofía que simplemente no se pudo contener, la rubia por su parte lo vio a modo de regaño antes de hacer resonar sus tacones en dirección al ascensor.
—Jennifer ¿qué es lo que sucede? —indagó el CEO, ante la urgencia de la mujer.
—Señor Alexander, solo le quería informar que el señor Liam Simmons lo está esperando en su oficina.
—¿Qué? —rebatió más que nervioso, pues él sabía muy bien que la madre de Sofía era Riny Simmons, y en toda la ciudad solo había un Liam Simmons.
—Lo siento si hice mal en decirle que esperé en su o