Capítulo Diecisiete.
Sofía se sentía en una montaña rusa que únicamente lo que hacía era subir y subir y subir y estaba comenzando a pensar que no sabía si sería capaz de soportar cuando finalmente cayera porque en algún momento debía de caer ¿verdad?
—Alexander, ¿cómo puede ser qué hayas pasado por alto semejante información? —la rubia se tuvo que recordar a ella misma que ese noviazgo era ficticio, porque de pronto le habían dado unas enormes ganas de gritarle a su jefe, porque claro que, si Alexander realmente fuese su novio e hiciera algo como eso, Sofía sin lugar a duda estaría dando gritos
— Lo siento, en verdad no quiero que pienses que menosprecio tu opinión o algo por el estilo, incluso yo estoy sorprendido de lo mucho que me afecto la conversación que tuviste con Stefano.
Nuevamente Alexander remarcaba aquello, y estaba comenzando a confundir a Sofía, porque la rubia no mintió cuando le hizo saber de qué Adrián tenía más que problemas con los celos, Adrián era un hombre quizás controlador, aunqu