Después de no recibir nada útil de Emily, Manuel regreso a casa, cuando estaba por entrar, vio a Raquel salir con unas maletas.
Rápidamente se acercó y vio a Miranda saliendo con un abrigo.
—¡Pero vaya! Creímos que el Sr. romántico no llegaría hoy.
Él arrugó la ceja y dirigió su vista a la chica que cerraba la puerta.
No pasó mucho, para que otra puerta se abriera y saliera rápidamente Vanessa. Miranda se tragó un suspiro y la saludó. Manuel casi pone los ojos en blanco y se hizo a un lado.
—Disculpa el ruido. Buenas noches.
Vanessa vio las maletas y casi entró en pánico.
—Cariño ¡Me tenías tan preocupada! ¿En dónde habías estado?
Se acercó y la abrazó, pero Raquel torció la boca.
—Miri, vamos. Ya es noche.
—¿Qué? ¿A dónde vas?
Al no recibir respuesta miró molesta a su hijo.
Manuel se acercó y trató de tomar la mano de Miranda, pero Raquel le dió un fuerte manotazo y se interpuso entre ellos.
—Eres un cínico, después de que vas a manosear a tus mujeres quieres venir a tocar a Miri con