Capitulo: El Puñal de la Verdad
Fabricio Castiglioni entró a la oficina central del Cinco Estrellas con el aire triunfal de quien cree tener todo bajo control. Esa mañana, se había levantado convencido de que la jugada estaba hecha.
El accidente en la obra se había ejecutado como lo planeó: un peón contratado había hecho su teatro.
Los médicos ya estaban interviniendo y la noticia, como pólvora, estaba a punto de explotar.
“Nicolás Martínez, suspendido por negligencia en la obra.”
Solo le faltaba una cosa: el silencio. Que Nicolás no estuviera para defenderse.
Y así fue. Raúl, su asistente, ya le había confirmado que Nicolás estaba de licencia… por matrimonio.
—¿Matrimonio? —repitió Fabricio en voz baja, soltando una sonrisa burlona—. Este tipo se cree en una novela.
Se sirvió un café, celebrando en su interior como quien descorcha una botella tras una guerra ganada.
Había esperado este momento desde que Fabián y Anahir lo desplazaron del control total del proyecto.
Desde que Nicolás