Capítulo — Un Viaje a Colonia
El despacho de Anahir estaba en calma aquella tarde. Afuera, la ciudad seguía con su ritmo agitado, pero adentro todo parecía medido, casi calculado. Ella revisaba unos planos sobre la mesa cuando Nicolás entró, con esa mezcla de seriedad y calidez que lo caracterizaba.
—Tenemos que cerrar lo de Colonia —dijo, dejándole un dossier encima del escritorio—. Es una obra pequeña, un centro comunitario en el barrio histórico. Nada complicado, pero necesita supervisión técnica para los permisos municipales.
Anahir levantó la vista de los papeles y sonrió con nostalgia.
—Colonia… qué lugar precioso. Siempre tiene ese aire de paz. Quizá sea el proyecto ideal para alguien que necesite tomar aire.
Nicolás asintió, con un brillo en los ojos.
—Justamente. Alejandra me llamó esta mañana. Dice que Alejandro está apagado desde aquel viaje a Ibiza. Yo lo vi hace unos días y también lo noté distinto, más ensimismado. Y para nosotros es como un hijo. Creo que ten