Capítulo — Recuerdos y Silencios
El avión que la llevaba de Ibiza a Barcelona se sentía eterno. Julia miraba por la ventanilla, con los auriculares puestos pero sin escuchar realmente la música. En su cabeza no había más que ruido: risas burlonas de sus “amigas”, el recuerdo de esa noche confusa en la discoteca, y los ojos verdes de aquel hombre que todavía no sabía si eran un recuerdo real o un espejismo.
Al llegar a Barcelona, el aire fresco de la ciudad no le trajo alivio. Caminó con la valija a cuestas hasta la casa de su madre. Allí la esperaba Sandra, que la abrazó fuerte en la puerta.
—Hija… llegaste pálida, ¿qué pasó?
Julia se quedó callada unos segundos, con los ojos húmedos. No era de esconder las cosas a su madre, nunca lo había sido. Desde chica,con Sandra no tuvieron una relación fluida pero ahora sí , aunque la vida de ambas había estado marcada por los errores del pasado. Sandra había comprendido con los años que lo que sintió con Guillermo Medina había sido una ilusió