Capítulo – Entre café y secretos
Alejandra respiraba con más calma desde hacía días.
No era que los miedos hubieran desaparecido del todo, pero el sonido de la respiración de Alejandro, suave, pareja, sin silbidos ni sobresaltos nocturnos, le devolvía algo que había perdido hacía tiempo: paz.
El nuevo tratamiento que le había indicado Damián Torres parecía estar funcionando. Las crisis habían cedido, y aunque sabía que la lucha no estaba del todo ganada, el alivio era real.
Alejandro volvió a correr por el patio con su pelotita.
Volvió a pintar dragones con crayones verdes y naranjas.
Ahora podía dormir tranquilo, con el osito que Damián le había regalado al darle el alta ese día
Y Alejandra, sin darse cuenta, volvía a sonreír sin peso en los hombros.
—¿Te parece si paso a hacerle un control rápido esta tarde? —preguntó Damián por teléfono, con esa voz que siempre parecía tener tiempo, incluso cuando no lo tenía.
—Sí, claro —respondió Ale, algo sorprendida, pero aliv