—Pues, básicamente, quería limpiar un poco mi imagen, ¿sabes? Y explicarte yo misma muchas cosas que debes creer saber bien.
—Para eso vinimos —la animé yo, al ver que le costaba arrancar.
—Sí, ¿no? —volvió a sonreírme, y emitió un largo suspiro—. Antes que nada, quiero pedirte perdón por todo lo que pasó esa noche (parte 12).
No respondí al instante, me tomé mi tiempo. Me sorprendió que comenzara por el episodio más negro de todos. Por más que fuera una disculpa, creía que era algo que dejaría para el final... Y no sabía cómo contestar exactamente a aquello.
—Pues... Perdonada, supongo... ¿Pero no sería mejor que te disculparas luego de explicarme bien las cosas?
—Puede... Lo que pasa es que tampoco quiero remover mucho la mierda,