Mi vecino Max 2

Max

Desde que me mudé al conjunto residencial hace 2 años no he podido dejar de admirar a mi vecina. Melissa despierta en mi algo que ninguna otra ha podido hacer.

Se que todas las mañanas sale muy temprano para hacer su rutina de ejercicios a diario y de solo verla con su conjunto deportivo me la pone dura. Es algo inevitable y tengo que recurrir a métodos que no me agradan para nada y poder descargar todo lo que se me acumula a causa de la excitación.

Cuando la vi en la mañana me dieron ganas de agarrarla y meterla a su departamento y empotrarla como un maldito salvaje contra la pared. Creo que en algún momento estuve a punto de perder la cabeza y termine follandola en cualquier lugar.

Sé que no le soy indiferente, ella también me desea de la misma forma que yo.Lo sé por la forma en que me mira cada vez que estamos cerca.

Hoy se llevará una gran sorpresa, no sabe que voy a formar parte de la empresa donde trabaja siendo uno de los socios y mejor amigo de su jefe.

No puedo negar que cuando la vi entrar sentí una ganas descomunales de abalanzarme sobre ella y poseerla sin piedad. Tuve que hacer acopio de mi autocontrol para no cometer una locura.

Durante toda la reunión no hice más que observar cada parte de su cuerpo con descaro. No miento al decir que mi miembro cobra vida cuando la tengo en mi campo visual.

En la junta no presté la mínima atención de lo que trataban, solo asentia con un movimiento de cabeza. Mi concentración estaba fija en un punto y esa era ella, la mujer que provoca en mí sensaciones inexplicables.

Finalmente termina la reunión y la veo salir como alma que lleva el diablo. Espero que todos salgan mientras me quedo conversando con uno de los accionistas,quedamos en cenar para celebrar la nueva sociedad.

Me despido de todos y camino hacia donde se que ella se ha de encontrar. Por fortuna tiene una oficina única y exclusivamente para ella.Al llegar a mi destino observo a mi alrededor verificando que no se encuentre alguien que pueda verme entrar.

Coloco la mano sobre el pomo de la puerta y abro la puerta cruzando el umbral de esta. Entro cerrando con seguro para no ser interrumpidos por nadie.

Estando dentro me llevo la mejor vista del día, diría que una de las mejores que ella me haya podido dar antes.

La posición en la que se encuentra hace que se ponga dura. Esta en cuatro y al parecer busca algo que se le ha caído en elsuelo y aprovecho la oportunidad para ponerme detrás de ella.

Cuando se levanta lo primero que hago es estrecharla contra mi pecho tomando fuertemente sus caderas. Siento como tiembla entre mis brazos y sin mas nada que pensar me cerco a su oido para susurrarle:

—Creo que esta vez no vas a poder escapar de mi hermosa Mel. —muerdo levemente el lóbulo de su oreja— Siente como mela pones, me tienes vuelto loco.

—¿Qué haces aqui Max? —un leve gemido se escapa de sus labios— Yo no estaba huyendo, es solo que…, tenía mucho trabajo pendiente.

—Vine a terminar lo que empezamos en la mañana mi querida Mel —subo mis manos tomando sus grandes pechos entre ellos estrujandolos con delicadeza mientras beso su cuello— ¿Acaso no quieres que te folle aqui sobre tu hermoso escritorio?

La giro en un movimiento ágil quedando frente a frente, siento su exitacion desbordarse por sus poros, sus mejillas están totalmente sonrrooadas.Intenta separarse demi,pero no le doy tiempo y la pego con fuerza ami cortando la poca distancia que nos separaba y poseo sus labios en un beso feroz.

Al principio intenta separarse, pero no se lo permito y termina sediendo ante el avazallante deseo que ambos sentimos.

La giro pegando sus pechos contra el escritorio, separo sus piernas con mi rodilla y lentamente empiezo acariciarla desde sus piernas hasta la cara interna de sus muslos. Mi mano viaja hasta su intimidad sintiendo como está empapada y lista para ser penetrada por mí.

Tomo su diminuta tanga arrancandola en el acto, cuando la tengo entre mis manos una sonrisa perversa se dibuja en mi rostro, la meto en el bolsillo de mi saco y me acerco nuevamente acorralando su cuerpo entre el escritorio y mi cuerpo susurrando a su oído:

—Me quedo con tu tanga, de ahora en adelante el color turquesa será mi favorito. —paso mi lengua por su cuello provocando que su piel se erice en el acto— Eres deliciosa Mel, no sabes cuanto voy a disfrutar de todo tu ser.

Mi mano viaja hasta su vagina introduciendo dos dedos masajeando ese hermoso botón de placer llamado clítoris. Al sentir el contacto un delicioso gemido brota de sus labios deleitando mis oídos. Esa será de ahora en adelante la música que me va a gustar de ahora en adelante, solo yo quiero ser el intérprete de tan majestuosa melodía.

Aumento mis movimientos haciendo que crezca en ambos esa excitación, el miembro que yace dentro de mi pantalón está a punto de reventar, pero aún quiero seguir torturandola con mis dedos. Cuando llegue el momento la voy a poseer por completo sin pausa, sin delicadeza, sin piedad.

—Max…,no pares. —pide con voz temblorosa.

—Tranquila hermosa no lo haré.

Cuando siento que sus paredes se contraen y está a punto de correrse paro mis movimientos en seco. Se que no le ha agradado para nada porque inmediatamente se gira y me mira de tal forma que siento que quiere abofetearme.

Sonrió con malicia separándome de ella para sacar un preservativo del bolsillo de mi pantalón. Bajo la cremallera para sacar mi miembro que se encuentra deseoso de penetrar esa maravillosa cueva. Me quedo pasmado al ver que ella retira mi mano tomando la iniciativa. Baja de un solo tirón el pantalón junto al bóxer dejándome totalmente expuesto ante ella.

Cuando pensaba que no iba a hacer nada más me sorprende cuando sus carnosos labios succionan mi falo de tal manera que me hace soltar un fuerte gruñido «Esto se siente malditamente delicioso»

La muy pervertida alza su rostro conectando nuestras miradas en acto, sabe que disfruto lo que está haciendo. La tomo del cabello ejerciendo fuerza sin hacerle daño marcando el ritmo de la deliciosa mamada que me brinda.

Siento que estoy a punto de correrme y sin poder evitarlo derramo toda mi semilla en su boca, ella como toda una experta la traga toda sin derramar ni una gota. A pesar de la gran corrida que me acabo de dar aun sigo empalado.

La levanto del suelo e inmediatamente me coloco el preservativo, pero antes de penetrarla me voy a deleitar con su coño.La abro de piernas y meto mi cabeza entre ellas. Invado su interior con mi lengua de forma posesiva, lamo,muerdo, chupo haciendo que su espalda se arquee por toda las sensaciones que le hago sentir.

Agarra mi cabello con fuerza, esta vez es ella quien marca el ritmo en mis acometidas. Disfruto del delicioso manjar que su ser me ofrece y se corre a grandes cantidades. «Creo que ambos teníamos tiempo sin sexo y que mejor momento para descargarnos que este»

Me levanto tomando su boca en un beso feroz y posesivo, quiero que pruebe su elixir de mis labios.La siento deseosa de ser poseída e inmediatamente de una sola estocada entro en ella, ahogo su gemido en mis labios.

Aumento el ritmo de mis embestidas sin darle tiempo a poder refutar, acaricio sus pechos y hago que me los ofrezca.

Con una mano la agarro fuerte por la cadera marcando la fuerza de mis acometidas, mi boca se apodera de uno de sus pechos y mi mano libre masajeaba el otro.

—No pares Max. —exige.

Nuestros cuerpos bailan en una danza descomunal y no se a donde vamos a parar, solo se que a partir de hoy ella será mi vicio y estaba seguro que después de probarla no iba a poder parar. Ella es mía única y exclusivamente mía y de mi polla.

****

Han pasado dos meses, en los cuales hemos estado cargados de mucho trabajo. Reuniones van y reuniones vienen, me siento satisfecho porque hemos crecido profesionalmente en un abrir y cerrar de ojos y a eso también hay que sumarle las grandes ganancias que ha adquirido la empresa.

Me encuentro en una reunión un poco estresante. Tenemos que cerrar un acuerdo con unos japoneses y el trato con ellos no es nada fácil. Se que al finalizar no voy a estar de buen humor y eso me cabrea mucho más.

La relación entre Melissa y yo es magnífica, decir que no hemos follado durante horas laborales es mentir. Follamos cada vez que tenemos la oportunidad, sea en su oficina, en la mía o en los baños. Creo que no hay ni un rincón de la compañía en donde no lo hayamos hecho.

También puedo decir que las cuatro paredes de nuestros apartamentos han sido testigo del deseo desenfrenado que emana entre nosotros y si las paredes pudieran hablar le gritaría al mundo la cantidad de cosas que hacemos.

Ella se ha convertido en un gran vicio para mí y creo que a estas alturas del partido ya estoy totalmente jodido.

Sé que al finalizar la reunión me va a tocar hacer una terapia manual y lo peor de todo es que eso no será suficiente para desahogar todo lo que tengo retenido. Mi diosa no se encuentra en la compañía y no me queda más remedio que hacerlo de la forma tradicional.

Una hora después voy camino a mi oficina y al abrir la puerta mis ojos se abren como platos al darme cuenta de quien se encuentra totalmente desnuda y dispuesta para darme mi terapia de relajación.

—¿Listo para tu terapia de relajación mi querido Max? —pregunta con una mirada lasciva mientras se abre de piernas para recibirme.

—Siempre listo y dispuesto mi diosa…

Y así de esa manera pierdo la razón por la mujer que se ha metido en lo más profundo de mi ser… Mi adorada diosa Melissa.

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