VIOLA
Mi sonrisa se amplió, pero no llegó a mis ojos. El flash de las cámaras me recibió como una pequeña explosión ensordecedora. No por el ruido, sino porque mis pensamientos seguían volviendo a la figura de Kenny alejándose del balcón, dejándome con la herida que acababa de volver a abrir.
Subí al escenario y me paré junto a Lucas, que siempre se comportaba como un hombre imperturbable. ¿Y yo? Sentía que todo mi cuerpo se mantenía en pie solo por costumbre, no por fuerza.
Los invitados me miraban, sonreían y aplaudían. Me veían como a una artista en la cima del mundo.
Si supieran lo frágil que me sentía esa noche.
Me limité a mirar a la multitud, conteniendo la respiración. Estar de pie en una sala llena de luz me parecía un castigo. Porque en medio de todos esos focos... la única persona a la que quería ver no estaba allí. Kenny había desaparecido, quién sabe dónde. Y Lucas... Lucas estaba a mi lado, pero mi corazón no estaba allí.
—Viola.
Su voz me llama suavemente desde un lado.