VIOLA
Los días en Florida transcurrían como un sueño que poco a poco se hacía realidad. Tras la exposición en Tampa, mi nombre comenzó a aparecer en varios artículos nacionales. Al principio no podía creerlo cuando leí mi nombre en la revista de arte *Art Pulse*:
«Viola Esten, una nueva artista de Clearwater que transmite paz a través del color».
Me quedé mirando el artículo durante un buen rato. Debajo de la foto de mi cuadro titulado *The Morning After the Fire*, había una reseña sobre «el poder narrativo que se esconde en cada uno de sus tonos azules». No sabía qué sentir: orgullo, miedo o emoción.
Lucas llegó con dos cafés, como de costumbre, y cuando le mostré el artículo, su amplia sonrisa casi me hizo reír.
—Esto es solo el comienzo, Viola —dijo mientras me daba una palmada en el hombro—. Están empezando a conocerte. Pero créeme, el mundo también te conocerá.
Solo negué con la cabeza lentamente.
—No quiero que el mundo me conozca, Lucas. Solo quiero que conozcan mis pinturas.
—