VIOLA

En mi adolescencia, las personas que sentían atracción por mí debido a mi belleza no solían expresarlo directamente. Sabían que provenía de una familia humilde, por lo que algunos hombres de familias adineradas solo se atrevían a admirar mi belleza o simplemente disfrutaban burlándose de mí.

Sin embargo, Kael Xavier era diferente.

Durante unos segundos, la declaración de amor de Kael pareció robarme el oxígeno de los pulmones. Rápidamente sacudí la cabeza para salir de ese trance.

—¿Tú? ¿El hijo de gente rica? ¿Cómo es posible que te guste? ¡No soy tan guapa!

—Eres muy guapa. Todo el mundo en el campus lo sabe.

Solo suspiré con paciencia. —Entonces, ¿qué quieres? No le ayudes más a mi madre.

—Tengo que ayudarla para que no te vuelvan a abofetear.

Me quedé atónita. Quién hubiera pensado que una razón tan trivial haría que mi corazón se acelerara un poco. —Gracias, Kael Xavier. Pero no quiero deberle un favor a nadie.

—No es una deuda de gratitud, solo quiero estar siempre cerca d