Tristán

Se veía tan tranquila mientras dormía. Contemplé su rostro, llenando mi corazón con su imagen.

No me di cuenta de lo mucho que me importaba hasta que se fue y tuve que pasar todo ese tiempo sin verla, ni escuchar su voz.

Mi mano alcanzó su mejilla, acariciando su piel. Se estremeció en sueños, moviendo la cabeza sobre el reposacabezas.

El teléfono vibró en mi bolsillo, captando mi atención. Suspirando, me incorporé y atendí la llamada de Lucas.

Se sentía bien apoyar mi cabeza en su regazo y fingir que el mundo no estaba en llamas, pero ahora debía volver a esa pesadilla.

—Jefe, tenía razón. Esa chica no se acercó a la señorita Navarro por casualidad. —Reveló Lucas.

Él había estado investigando a esa nueva chica que apareció junto a Gracia, fingiendo ser su alma gemela, su mejor amiga. Gracia era demasiado inocente para entender que ese tipo de cosas no existían en este mundo.

—¿Fue él? —Me levanté del sofá y caminé hacia la pared de cristal de su apartamento.

La lluvia había ce