Ella se recuperaba de su primer clímax, con la piel enrojecida y brillante de sudor, y el pecho agitado mientras luchaba por recuperar el aliento. Pudo ver su expresión aturdida, casi de ebriedad, en su rostro, la forma en que sus ojos luchaban por enfocar mientras flotaba en el placer.
Eliotte observó con intensa satisfacción cómo Reira descendía del punto álgido de su placer. Su piel de porcelana se tiñó de un bonito rosa y estaba cubierta de sudor. Respiraba entrecortadamente mientras luchaba por recuperar la compostura, con esos impresionantes ojos vidriosos y desenfocados. Podía ver la expresión borrosa, casi de ebriedad, que se dibujaba en sus hermosos rasgos, cómo su carnoso labio inferior temblaba ligeramente mientras la dicha aún recorría su ágil cuerpo.
"Buena chica", la elogió con tono sombrío, con la voz ronca y áspera por el deseo. "Aprendes tan rápido. Lo has aprendido con naturalidad".
No podía esperar a ver la expresión de su rostro cuando finalmente la abriera con su