—¿Qué le puso en la comida a Kayla? —retumbó esa pregunta en la habitación.
Ambos voltean hacia la entrada, viendo a Hades de pie con una expresión seria mezclada con enojo. Kayla, desde donde está, puede ver un aura oscura emanar de Hades. Es como si todo su enojo estuviera presente, siendo dirigido a ese anciano.
Dominic, por su parte, no se altera. Solo contempla con atención a ese joven. Sin poder apartar de vista esos lindos ojos verdes y ese rostro afilado que tanto le gusta. Hasta la pregunta que le han hecho se le ha olvidado por completo.
Hades, por su parte, puede presenciar esa asquerosa y nefasta mirada de deseo que le está dedicando ese hombre. Y unas enormes náuseas se apoderan de su estómago. Al recordar todo lo que me hizo a él y a otros niños. Y le dan ganas de regresar al baño y volver a vomitar todo.
Hace un momento mi tío dijo que iría a hacer sus necesidades, pero no fue así. No podía estar a gusto sabiendo que estaba cenando una comida que fue mandada