Hades sube al bote con una expresión de horror en su rostro. El color que tenía en sus mejillas se ha esfumado. Y la sangre le… ha bajado hasta los pies. Al oír lo que ese descarado le ha dicho, ha provocado que también sienta como un escalofrío recorre su espalda. Sus manos sudan, su respiración se agita y solo da un par de pasos que no logra ni controlar. Solo se sienta a un lado de Kayla con su mente fija en el barco que se ve en el fondo.
—¿Estás bien? —preguntó Kayla al ver el cuerpo de Hades tan rígido. Acompañado de ese rostro tan pálido.
—A —dijo Hades y guardó silencio al ver cómo el sargento Benavides se sienta frente a ellos. Acobardándose y prefiriendo no hablar.
—Qué me ibas a decir —añadió ella con tranquilidad.
—Nada —mintió Hades viendo de reojo a Dominic. Encontrándose con su mirada pesada y posesiva. Él enfoca su vista en el piso del bote. Terminando con todo contacto visual que a él le resulta bastante incómodo.
Kayla se da cuenta de esa sumisión tan cl