Hades no puede creer lo que sus ojos están viendo. La poca felicidad que había tenido hace unos instantes es reemplazada de inmediato por una ira acompañada de tristeza, rencor y un vacío enorme en su corazón.
Los gritos de auxilio invaden la mente de Hades al recordar al niño en su interior que no pudo salvar. Traga saliva y es que siente todavía ese dolor que sintió en su parte trasera; vuelve a aparecer. Recordar los gemidos de placer que ese hombre hacía mientras que él gritaba y le rogaba para que parara. Le decía que le aguantaba, pero él no me hacía caso. Percibiendo de nuevo unas enormes ganas de llorar, pero se contiene de no hacerlo.
Entretanto, Dominic, al ver a Hades, un brillo iluminó su mirada. Una alegria acompañada de una ligera sonrisa en su rostro que rápido es esfumada al ver a sus hombres así eue vuelve adoptar su actitud seria y amargada. Pero en su interior se muere de felicidad. Se aproxima a ellos caminando de su manera típica, estilo militar. Sus hombres