—Buenos días, —saludo tranquilo a las tres chicas que están hablando, llamando la atención de mi objetivo —, señorita Ágata, mi amigo me ha dicho que usted tiene una grabación importante que darle, ¿cabe la posibilidad de que me la de para hacerse la llegar? —Sonrío amigable.
Ella se sonroja al verme, quizás cautivada, pero no dura mucho el efecto cuando ella sonrie de manera astuta.
—Lo haré, si estás dispuesto a pagar el precio. —Dice viéndome de arriba abajo.
No borro mi sonrisa, más bien, me acercó a ella de forma descarada sin despegar mis ojos de los suyos.
—Depende del precio, pero ten cuidado, la jugada puede salirte al revés. —Susurro cerca de su rostro, mirando fijamente los sus ojos —. ¿Estás dispuesta a jugar?
Saca su celular de entre los libros, el cual no deja de grabar auqneu estamos hablando.
—Dame tu número, y te paso el video. —Se muerde el labio mientras no deja de sonreír —Solo pido a cambio que vengas más seguido, ver tu rostro bonito es una bendición. —Guiñ