—Por supuesto, joven Miena. Lo prudente sería que me retirara. —Dice como despedida —. De verdad lamento lo que le pasó. Y aunque fue uno de mis socios quienes estuvieron involucrados directamente, lo cierto es que yo nunca tuve alguna intención de hacerle pasar por algo así, especialmente porque está reunión estaba programada desde hace meses, y si quería su colaboración, no creo que sea bueno para el negocio dejar que desaparezca antes de poder llegar hablar siquiera. —Apenas termina de hablar, se retira cerrando la puerta.
Suelto un suspiro viendo al enojado Gio, quien sólo reaccionó de manera agresiva para mí protección. Pero el hecho de que esté tenso tampoco es bueno debido a que ve enemigos donde no los hay. El señor D’Alturi tiene razón, no lo puedo juzgar duramente por sus compañías, pero tampoco puedo confiar del todo o darle oportunidad por las ganancias. Además, si quiero agregar su presencia a la mesa de inversores y apoyar su negocio propio, debo conversar con el rest