Saliendo de la sala de juntas, tanto Gio como Mena se muestran serenos. Nadie en la empresa se atreve a acercarse a ellos por su propia seguridad. Todo el mundo lo sabe, pero nadie lo menciona. Después de lo ocurrido con el secuestro de Archer todo el mundo se mantiene a distancia de ellos, saben los sobreprotectores que pueden llegar a ser ambos cuando algo lo involucra, y mantener un perfil bajo es lo importante para sobrevivir, pues tienen miedo de que en este momento capten la atención de Mena y terminen como los inversionistas. Si bien no les ha pasado nada malo de forma física, nadie quiere ser víctima de su humor.
Lástima que nadie le advirtió a la señorita Suárez.
—Señor Lombardi, tengo lo que me pidió. —Habla acercándose de forma sugerente a Gio.
La reacción en el lugar, a pesar del número limitado de personas, fue al unísono. De repente, todo se queda en un silencio tenso que llama la atención a cualquiera que lo quiera romper.
—Señorita Suárez, gracias por su dedicac