Hace frío es hora de levantarse, en el hogar de Reishel y Mauricio reina la paz y la alegría, pero hay un punto un poco álgido que altera esa paz y esa alegría, se trata del divorcio de Mauricio, hoy no puede distraerse más y debe hablar con un buen abogado en lo tratante a lo civil para poder enfrentar a Úrsula en el terreno legal.
—¡Cariño!
—¡Si, ya se!
—¿Hoy vamos a viajar?
—Comenzaremos la semana que viene.
—¡Está bien!
Reishel con su voz mañanera más ronquita que nunca abraza a Mauricio que le aporta calor y caricias y más amor y más amor.
—¡Mmm te amo!
—¡Y yo a ti!
Otro momento de ternura y de amantes de muchas mañanas, Mauricio perdido entre los cabellos rojos de Reishel y ella bajo su mirada azul, sueñan y hacen poesía de sus cuerpos todos los días. Felices son Felices, y jefes de sus destinos.
—¿Cuánta firmeza eh?
—¡Muchos años haciendo ejercicio! Y por cierto…¿cuando empezamos?
—¿Qué cosa?
—¡Ah practicar! ¡Kung fu!
—¡Eso me parece bien, quiero que me enseñes d