El momento que parecía perfecto para Kathlyn, tuvo una desmejora. No se esperaba la aparición del billonario Lorenzo Almeida, que se veía muy entusiasmado con el encuentro.
— ¡No me interesa Lorenzo!, nosotros tenemos una relación estrictamente profesional. Kathlyn se enrojece y frunce el ceño, algo disgustada. Esto a Mauricio le comienza a dar cierta gracia y por fin esbozó una sonrisa.
— Pero no me vas a decir Kathlyn que el tipo no es un buen partido?, y tus cuñadas son bien rubias!
— Mauricio! ¡No hables de esa manera!, me vas a avergonzar!
Lorenzo veía hacia ellos y sonríe espléndido, levanta su vaso en señal de brindis.
— Yo lo veo muy animado! Seguro que no hay nada entre ustedes?
— ¡Claro que no, ya te lo dije!
De forma repentina Lorenzo ya avanzaba con sus hermanas hacia la mesa de Kathlyn y Mauricio.
— Disculpen pero nos pareció mejor idea sentarnos con ustedes!
— Claro, ¡ adelante no hay problema!—acepta Mauricio.
— ¡Les presento a mis hermanas Nora y Sofía, están re