Sra. Welling
Miré el reloj y solo habían pasado tres horas. No fui tras Nicolás. Comí un bocado rápido en mi sala de estar al mediodía y cuando me fui eran casi las cuatro.
Edu me estaba esperando en el coche.
- Voy a cenar. - Yo hablé. – ¿A qué hora me recoges?
- ¿Puede ser a las veinte? ¿Es bueno para usted?
- Es perfecto. Solo prométeme que no me llevarás a un restaurante de mariscos... y mucho menos a una comida elegante. No me gusta. No intentes impresionarme. Me gustan las cosas simples.
- No se preocupe. Ya sé dónde estará.
- DE ACUERDO.
- ¿Te gustó el café?
- Me gustó. Gracias, nuevo amigo. - sonreír. “Y… en caso de que Nick… quiero decir, si el Sr. Welling te dice algo, házmelo saber. Que he terminado con él.
Él se rió:
- ¿Por qué diría algo?
- Sólo házmelo saber, por favor.
- ¿Me puedo meter en problemas con él?
- Tal vez un poco... - Entrecerré los ojos y me agaché un poco en el banco, avergonzado.
- ¿Qué tienes con el Sr. Welling?
- Bueno... Nos conocimos antes de venir aquí.
- No me d