Killiam

Pensar en el comportamiento de Morana me provoca un nudo en el estómago. Ni siquiera mi madre, que es cruel y nunca me ha mostrado afecto, cometería una atrocidad como esa.

¿Cómo se atrevió Morana a poner la vida de su cachorro en riesgo únicamente para hacerle daño a Lara?

¡Es tan injusto!

Mi niño pagó las consecuencias del malvado corazón de su madre.

Él recibió la devuelta instantánea del mal proceder de ella.

Él, que era un inocente.

Siento el cosquilleo de las lágrimas cuando empiezan a descender por mis mejillas. No me importa que me vean.

Lael era mi hijo, así que no puedo ocultar el dolor que su asesinato me produce. Yo no fui capaz de protegerlo, y esa culpa me perseguirá hasta que me muera.

—Alfa, por eso vine a informarle desde que escuché esa conversación —dice ella, y noto que la voz se le quiebra—. No sé con quién hablaba, pero estoy segura de lo que escuché.

—Tú eres su sirvienta de confianza, ¿hasta ahora supiste lo que hacía? —la encaro mientras estudio su len