Lara
El silencio fúnebre es roto por el silbido del viento polvoroso y frío. Su caricia, aunque gélida, la percibo cálida cuando choca con mi piel congelada por el estupor.
¿Qué hago?
Temo tanto voltearme, pero quedarme a la espera de mi muerte tampoco es la idea más brillante.
Suelto un suspiro que busca calmar mi estado de terror, pero los latidos potentes en mi pecho obstaculizan mi objetivo.
Así no podré pensar...
Ni modo, tendré que pelear con estos entes.
Decidida a defenderme, me giro, lista para usar mi poder. Un escalofrío me recorre por completo y mis ojos se quedan contemplando lo que sea que está frente a mí mientras trata de darle forma.
—¿Qué es esto? —musito, sorprendida, y mi voz sale débil.
Una ráfaga de viento me levanta el cabello y trae otro sonido suave que contrasta con la quietud escalofriante de este sitio.
Mis labios vuelven a soltar aire.
—¿Q-quiénes o qué son ustedes...? —tartamudeo sin dejar de observarlos.
No hay respuesta.
Un silbido se escucha más fuert