Max
Siento a lo lejos algo suave y calentito que me toca, entre sueños escucho la voz de Isabel que me pide que despierte, que debo conocer a nuestra hija; eso fue como un detonante para mi, como es posible que mi hija haya nacido y yo no estuviera ahí para recibirla.
Mi corazón empieza a latir cada vez más fuerte, ya noto mis manos y mis piernas, eso quiere decir que estoy cada vez más cerca de la conciencia, debo luchar contra el sueño. Hoy tengo una persona más por la cual estar bien.
Empiezo a oir muchas voces que hablan juntas, a Isabel discutir con alguien y me sacan el peso que tenía en mi pecho, el cual me parecía realmente cómodo, no sé como pero levanto mi mano para evitar que lo quiten, empiezo a abrir mis ojos y veo que Isabel me mira sorprendida y llorando.
- Mi vida, bienvenido de nuevo mi amor! - La miro y no puedo creer lo hermosa que está y cuanto la extrañe. - Debes mantener la calma sino no quieres que te vuelvan a dormir, hazme caso aunque sea una vez en la vida. -