78. El precio del silencio
A veces, limpiar el nombre de una familia implica ensuciarse las manos.
Los negocios de la sombra
El sonido de los pasos resonaba en el mármol del pasillo principal de la villa Moretti. Luca caminaba con el ceño fruncido, los puños cerrados y la mandíbula tensa. En su mano derecha sostenía un expediente grueso, con documentos marcados con sellos de distintas empresas fantasma que, en realidad, todos sabían a quién pertenecían.
La puerta del despacho de su padre estaba entreabierta, y la voz grave de Don Enzo se filtraba con claridad.
--Te dije que quiero resultados, no excusas. --La voz del patriarca era un látigo seco, autoritario, con el tono de quien nunca aceptaba un “no” como respuesta.-- Si ese dinero no se limpia antes del cierre fiscal, no solo perderemos un contrato, perderemos respeto.
Luca entró sin anunciarse.
--¿Respeto? --replicó con una sonrisa cínica mientras dejaba caer la carpeta sobre el escritorio de madera pulida--. Si lo que llaman respeto es seguir comprando jue