Capítulo 30 Me siento anulada

—Me siento anulada—

Talía percibió el tono de la señora Margaret un poco acusatorio, no estaba segura de cuáles eran sus intenciones, igual dio un paso al frente para aclarar la situación. Apoyó su brazo derecho en el hombro de su amiga y dijo:

—Así crecimos, lo que es mío es también suyo.

Margaret los observó a los tres. A cada uno, desde su punto de vista, parecía unirlos cierta complicidad. «Un triángulo amoroso… Los jóvenes de hoy, qué modernos», pensó la mujer.

—Entiendo —dijo ella—. Entonces los tres están de acuerdo con esta situación sentimental. —Margaret estaba muy convencida de que las amigas se compartían con total gusto a su adorado hijo.

—¡Que dice señora! ¿De qué situación sentimental habla? —cortó Talía, extrañada.

Esta vez intervino Adréis.

—Basta, madre, deja de atormentarlas. —Le lanzó una mirada penetrante a su madre, hizo señales con sus ojos, como si fueran luces intermitentes, igual que ella cuando Adréis era niño y le explicaba con una sola mirada que “se esta
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo