Sharif lo tiene todo: dinero, estatus social y una empresa con enorme potencial, Lucero por otra parte es una periodista muy intuitiva y aguerrida. Ellos son dos desconocidos cuyo destino quedará enlazado en el lugar que menos se imaginaron teniendo un pésimo primer encuentro y aunque creyeron que nunca más se volverían a ver, la vida quiso reencontrarlos trayendo consigo un compromiso ficticio que se saldrá de control poniendo sus vidas en riesgo. ¿Es posible que surja el amor en dos personas que se detestaron desde el primer encuentro pese a los obstáculos que se atraviesen en sus caminos? Registrada en SafeCreative Código de registro: 2304074002310 TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Prohibido cualquier forma de comercialización, distribución o plagio de esta obra.
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Excelente clima, una hora de ejercicio y un delicioso café. Todo es perfecto para que sea un excelente día ¿y cómo no? si hoy por fin cerraría el negocio que tanto había estado esperando con mi mejor amigo de la infancia, Abiud, los dos venimos de familias muy tradicionales y adineradas en Marruecos y aunque cualquiera diría que tuvimos una excelente vida hasta ahora, no es así. Nuestras familias llevan años tratando de arreglar matrimonios para nosotros con personas de nuestro “estatus”, agotados de todas las molestas locuras de ellos y luego de un arduo trabajo en las empresas de éstas, pudimos recolectar contactos y nuestro propio dinero para iniciar un negocio juntos, por eso, una vez él me habló de todo el proyecto y tras analizarlo con detenimiento; no tuve dudas de ejecutar el que ha sido nuestro sueño desde niños.
Desde hace algún tiempo Abiud estuvo persiguiendo un pez gordo en España, en la última llamada que me hizo dijo que por fin había podido concretar una cita con él, el tema era que debíamos viajar a Tarifa, España, puesto que él viajaría después a Canarias para un evento al cual debía presentarse y ahí no tendría tiempo en su "muy ocupada agenda". Es así como optamos por programar todo, compré los tiquetes y viajé dos días antes, claro que era mucho tiempo considerando que apenas hoy me encontraría con Abiud y a su vez sería la entrevista, pero necesitaba escaparme con urgencia de Marruecos antes de que mi familia me terminara de enloquecer por enésima vez con el tema de la boda y los nietos, ya no sé cómo hacerles entender la realidad en mi vida sobre ese asunto.
—¡Sharif, acá! —escucho su muy emocionado grito a lo lejos.
Abiud a pesar de los años no cambia y eso me encanta de él, siempre tiene una sonrisa en el rostro que es imposible no contagiarte aún en los peores momentos.
—Hola Abiud, tiempo sin verte hermano —nos damos ese abrazo que necesitábamos con urgencia, pues hace un año que dejamos de vernos.
—Por un momento pensé que te arrepentirías de hacer todo esto.
—¿Bromeas? Claro que no, sabes que ha sido nuestro sueño desligarnos de nuestras familias y prácticamente llevamos toda nuestra vida planeando esto —reímos con tanta emoción que es como ser niños otra vez.
—Definitivamente a nuestras familias les dará un ataque cuando se enteren, ya los estoy escuchando —ambos volteamos los ojos solo de recordarlos.
—No lo dudes, pero en fin, ya una vez podamos obtener lo que queremos no será necesario seguir con toda esta farsa ante ellos y a ver si dejan también ese tema de casarnos.
—Ni me lo recuerdes, recién hace una semana tuve que escaparme de una cena de compromiso, pero vamos que nos están esperando y la verdad ya quiero escuchar las palabras mágicas.
Definitivamente este día será perfecto.
(…)
Lucero
—¡Luz despierta ya! ¡esa alarma lleva sonando desde hace horas!, no sé para qué la pones si al final terminas levantándote tarde.
—Ash, no molestes Alison solo serán cinco minutos y ni siquiera ha sonado la primera vez —respondí con total fastidio ante el inminente grito de Ali.
—¿En serio Luz? Me preocupa esa forma en la que ves el tiempo, dijiste que tenías que levantarte a las cinco y ya son las siete y media, ¿no se supone que debías estar a las ocho con el señor Valdini?
—¡¿Qué?! ¿Cómo que son las siete y media? —me levanto en el acto mirando el reloj. —Maldición Alison por algo te digo que seas mi otra alarma, debo apresurarme o no alcanzaré a llegar a la reunión.
—Llevo desde las cinco despierto y aburrido de apagar tu alarma, mejor sal de esa cama si no quieres que te castigue por culparme de tu falta de responsabilidad y puntualidad —una corriente helada pasa por mi cuerpo solo de recordar lo que me hizo la última vez.
—No gracias, no me he recuperado del anterior castigo.
Salgo disparada de la cama a ducharme y cambiarme rápidamente, lo bueno es que siempre he tenido el hábito de dejar todo listo en las noches, al menos algo bueno debía sacar de tantas exigencias de mis padres.
Alison y yo llegamos hace un par de meses a la ciudad de Tarifa, España. Él por fin tomó la decisión de contarle a su familia que es gay y aunque ambos sabíamos en el fondo el resultado, nunca nos separamos, sino que armamos todo un plan para hacer este viaje en caso de que pasara lo peor y henos aquí. Realmente él y yo la hemos pasado un poco mal con nuestras familias, ellos son católicos y de los peores, desde la vestimenta, la forma de actuar e incluso con las comidas fue un horror.
Mis padres y los de Alison son amigos desde hace muchos años y aunque no son malas personas, cuando se meten con el tema religioso es como si algo se apoderara de ellos. Recibimos muchos castigos desde la niñez por parte de nuestros padres y los padres del otro, los cuatro tenían derecho a regañarnos y castigarnos si así lo consideraban, lo cual nos trajo consecuencias muy fuertes a ambos por cualquier cosa que hiciéramos, sin embargo, eso hizo que nos volviéramos más unidos y ahora por fin estamos acá persiguiendo nuestros sueños, Alison como fotógrafo (aunque su mayor sueño es ser modelo) y yo como escritora de una columna independiente, la combinación perfecta en todos los sentidos.
Ya por fin lista con un vestido blanco, zapatillas y una coleta alta, salgo corriendo para alcanzar al señor Valdini en el Restaurante Mandala, es bueno que encontráramos un apartamento cerca de ahí, aunque mejor no decirle eso a Alison si no quiero subirle más el ego. Estuvo muy insistente en que escogiéramos un lugar cerca de donde trabajaríamos así nos costase un poco más, sobre todo por mis retrasos a la hora de levantarme, pero también tiene que entender que dormir siempre ha sido lo más exquisito del mundo para mí.
Luego de diez minutos de una increíble carrera puedo ver el restaurante a media cuadra, ya estoy a punto de llegar, sin embargo, cuando doblo para ingresar al establecimiento tropiezo con una saliente en el suelo que no alcancé a divisar y para mi desgracia dos hombres van saliendo del lugar, caigo sobre uno de ellos, su café se derrama sobre mi ropa y siento el ardor en mi piel, por suerte no está hirviendo, pero sí puedo sentir la quemadura. A los dos segundos el señor Valdini va saliendo del restaurante logrando ver toda la escena y se queda observándome muy sorprendido al comienzo para luego verme con asco y decepción.
—Sabía que usted no era más que una niñata que le falta madurez y profesionalismo, espero que no sea tan atrevida de volver a llamar para una entrevista —él se aleja del lugar tomando un taxi perdiéndose en la distancia.
Sabía que esta mañana no sería tan buena teniendo en cuenta que tuve que correr, no pude arreglarme bien, me levante tarde y salí sin desayunar, pero lo que me esperaba en ese restaurante no estaba previsto ni en mis peores pesadillas.
Si hubiese bajado la velocidad de la corrida o sin tan solo me hubiese levantado más temprano, no habría perdido la entrevista, pero especialmente, no habría terminado en sus brazos llena de café y con mis ganas de golpearlo por ser un idiota.
Kenitra, Marruecos Sharif Llevaba unas horas encerrado en el despacho, mismas que vivía desde su partida. Amal y mi abuelo intentaron darme ánimos, pero nada podía hacerlo en este momento, no tenía las fuerzas hoy para hacer nada porque la forma en que ella se fue me destrozó por completo. La mujer que me dio la vida me odiaba desde siempre, el hombre que se suponía era mi padre en realidad no lo era, no tenía nada en los bolsillos con qué empezar y me encontraba como muerto en vida desde que sus ojos azules dejaron de brillar, desde que su luz desapareció con su partida como el sol en el ocaso dejándome en tinieblas y con un enorme vacío donde se ubicaba mi corazón que latía ferviente de amor por ella. Lucero De Almeida es la mujer que no esperaba ni deseaba en mi vida, es la persona que me generó múltiples confusiones diariamente y la que soportó semanas a mi lado de un peligro inminente, ella, aquella altanera y arrogante de ojos azules, sonrisa grande y una mirada que muestra u
Barcelona, España Lucero Mi corazón se quebró en mil pedazos cuando los vi a todos frente a mí en la entrada de la mansión, mi vida parecía tan insignificante aun sintiendo el frío cañón del arma en mi sien y el brazo de Ramiro rodear mi cintura con fuerza, y todo, porque eran los rostros de las personas que yacían frente a mí angustiados y con la impotencia más grande abarcando a cada uno al saber que no podían hacer nada para evitar lo que estaba a punto de ocurrir. No obstante, era el maltrecho rostro de mi hermano el que me hizo saber que hacía lo correcto, porque no solo era su vida la que había salvado, sino también la de mis padres, puesto que esa misma mañana vi que Ramiro había enviado un mensaje con una fotografía de ellos donde dos puntos rojos iluminaban la parte de atrás de sus cabezas, alguien estaba listo para asesinarlos si no me entregaba a él ese mismo día… y a pesar de todo, lo hice, pude dejarlos morir y salvar solo a Ali, pero siguen siendo mi familia y mis padr
SharifLo que menos esperábamos todos era encontrarnos a Lucero hecha un mar de nervios y peor aún, que se desmayara frente a nosotros sin más, pero recibir las noticias que nos habían dado los de seguridad fue mucho peor. Said, quien era uno de los que estuvo acompañándolos ayer, nos comentó toda la situación con aquel sujeto, también el encuentro que tuvo Lucero con ese hombre y la desaparición de Alison seguido de la fotografía que le enviaron a ella.Sin embargo, el saber que su estado de salud era tan deplorable, según nos comentó el doctor que vino a revisarla, es algo que nos dejó sumamente angustiados, por tal motivo dijo que le haría algunos exámenes de rutina y la dejó canalizada con un poco de medicación y suero, de esa forma ella podría descansar algunas horas en lo que él enviaba todo al laboratorio.Desgraciada o afortunadamente cuando el hombre llegó nos informaron que una camioneta se encontraba fuera de la mansión, de esta arrojaron un cuerpo y rápidamente lo ingresar
AlisonSabía que era un riesgo el haber salido de la mansión sin ningún escolta o siquiera avisar a alguien en caso de que algo ocurriera, pero debía hacerlo, debía reunirme con él para intentar hallar una solución en lo que me ponía al tanto de toda la situación, la cual definitivamente no era para nada buena, lo que no me imaginaba era que el infeliz de Ramiro me estaría esperando con algunos hombres en el lugar donde me reuniría con esa persona.Todavía recuerdo cómo me acorralaron y los golpes que me dieron para inmovilizarme hasta meterme en una camioneta negra en plena vía pública, después de eso solo recuerdo sentir un fuerte golpe en la cabeza que me hizo perder el conocimiento hasta hace… no sé cuánto tiempo porque no sé qué hora es.—Despierta maricón, es hora de arreglar cuentas —escucho la voz de Ramiro a lo lejos.Me encantaría estar de pie para darle una golpiza como en Tarifa, o quizás peor, pero es imposible con el dolor que acapara cada parte de mi cuerpo, llevo mucho
Lucero El camino de regreso a casa no fue para nada cómodo, mi salud empeoraba, mis nervios habían colapsado y esta situación solo empeoraba con el pasar de los segundos. Necesitaba una forma de salir de todo esto a como dé lugar y Ali era mi punto de equilibrio, solo él sabría lo que es mejor para todos, pero no sabía si tendría la valentía de contarle a Sharif anexándole otra angustia más a su vida con la aparición de Ramiro. Al llegar a casa no pude hallar tampoco una solución pues Alison seguía sin aparecer, volví a insistir en las llamadas y los mensajes, aunque al menos esta vez me contestó con un texto diciendo que después hablaríamos, fue cortante, extrañamente cortante, pero quizás era porque todo esto le pesaba bastante y opté por darle más tiempo, lo más seguro es que en la noche lográsemos hablar con calma llegando a una solución entre los dos, pero como si todo ya no fuera de por sí demasiado, ahora una llamada de Sharif ingresaba a mi móvil colocándome más peso en los
Lucero Odiaba discutir con Ali y más por temas del pasado, es mi hermano y la persona que más ha estado pendiente de mí, es mi cómplice, mi amigo, mi familia, pero ahora necesitábamos pensar con claridad toda esta situación e igualmente sabía que no hablaría conmigo hasta que soltara todo lo que tenía acumulado en el momento por mis respuestas, así que yo también me encerré en mi habitación para hacer lo mismo. Las horas fueron pasando, no me atreví a salir para nada y después de tanto llorar quedé en un limbo mental del cual parecía no salir, pues mis pensamientos estaban ocupados por ese encuentro con Ramiro y las palabras que mencionó llegando a preocuparme en demasía. Sin embargo, fue una llamada a mi móvil lo que me sacó de todo ese trance, me pareció extraño pues era un número de Marruecos, pero igual atendí. —Me alegra que contestaras y será mejor que no cuelgues si no quieres provocar una tragedia Lucero —una helada corriente pasó por mi cuerpo paralizándome igual que en el
Último capítulo