Capítulo XXIV...
La gala da inicio y varios se acercan a Felipe e Isabel a felicitarlos por su pronto matrimonio, desde su lugar Sebastián apenas observa y Aranza cuando le dedica una mirada es completamente ignorada.
-Deberías dejar de hacer eso ¿Qué dirá ella? Pobre – formando un puchero
-No importa – sonriendo – que sufra por haberme dejado
- ¡Sebastián! – haciendo girar a todos – ¡¿Cómo te atreves a faltarle a la madre de tu hijo?! – llegando con Lucía
- ¿Quién es esa loca? – Valeria queda en shock
-La puta que me parió – hasta Carlos queda estupefacto
- ¡Te estoy hablando!
-No volveré a repetir lo obvio…así que puedes irte a la mierda con la puta que está al lado tuyo
Lucía empieza a llorar.
-Marqués de Alba ¿acaso, no responderá…?
-Antes de que termine su majestad…el bastardo que espera esa puta no es mío…yo solo tengo un hijo y es la hija de la duquesa del Infantado
-Pero Lucía sostiene…
-Decía ser virgen cuando me la follé, no sé por cuantos habrá pasado antes…es más alteza – mirando a Felipe